Porque todo nacemos únicos y pocos morimos especiales.
Un pasado en blanco y un futuro por dibujar.
...

miércoles, 25 de abril de 2012

Algunas notas ordenadas de sentimientos ajenos.

Es cierto, es posible que sea demasiado radical. Yo nunca te prometí que fuese a ser justa. Yo nunca he prometido que mis promesas fueran a ser justas para nadie, o al menos, para todos.Yo solo quería decirte ahora, no decirte, y tampoco espero que lo captes como tantos mensajes que has dejado pasar, quizás predeterminadamente, me gustaría pensar que a pesar de todo no ha sido así. Llegados a este punto, amor, puedo permitirme ciertas licencias, dejarme de una vez por todas de pequeños proyectos inacabos por tu sonrisa, de tramar sin definitivas ejecuciones porque a tu lado me convierto en una persona débil. Quizás se convierta esto en otro plan frustrado, es tan probable, pero si lo consiguiese sé que sería extraño, que lo estropearía, pero tú me necesitas aunque no hayas conseguido quererme. Por eso no te digo, ni te sugiero, ni te ruego, ni contaré a todos los demás que no deseo hablarte más hasta que por fin me digas lo que quiero oir. Yo nunca te obligaría, y si no es así, lo habría estropeado, en efecto, jugándo sin sentido a poder ganarte, pero se abriría un lucero, estoy segura de que lo haría. Podría ser libre de verdad aún con mis cicatrices, e ir hacia la luz, encontraría a otro que me acompañase y junto al que ser feliz. Si todo resulta fatalmente decepcionante, al menos me alejaría para no avergonzarme. Ya soy demasiado mujer para tomar la iniciativa y adelantarme. Al menos nada terrible se habría discutido y aunque me arrepintiese del silencio, completo, demoledor, frustrante, las ilusiones por fin tengo la esperanza se desvanecerían. La esperanza es al parecer lo último que se pierde incluso cuando me he intentado zafar de su abrazo de todas las formas que he encontrado. Porque a tu lado, cada una de tus miradas, cada vez que me dedicas una sonrisa, cada vez que te oigo pronunciar mi nombre o cada vez que me rozas tan inocentemente, yo lo intento ocultar, fingo que no soy consciente de tu ocasional presencia a mi alrededor, pero para mí supone algo especial que no querría perderme. Me ahoga este tiempo que nos asfixia y que no me devolverá nunca hacía el lugar donde nos conocimos, y crecimos, y vivimos. Me ganas y me pierdes en cada una de tus actitudes. Al fin y al cabo he de reconocer otra cosa, porque me conozco, estoy cansada, y acabaré cansándome de ti pese a que me necesites aunque no hayas conseguido quererme, al menos del modo que yo lo hago, creo sin embargo que merezco algo así de verdad, ¿acaso te resultaría tan difícil? Al fin y al cabo yo no soy tan complicada. Llegados a este punto no puedo conformarme garabateando un libro robado y sucio, tampoco quiero que me lo regales, tan solo ofrécemelo de vez en cuando para que lo lea y pueda escribir algunas notas en sus márgenes. ¿Acaso no comprendes que yo sola no puedo construir un hogar para los dos? Sinceramente, si lo comprendieras, amor, podríamos dejar de vivir separados. Odio las ruinas a las que te aferras aunque sea malo. Si no me llamas amada, yo me iré lejos y la vida pasará tras esta prueba.


domingo, 15 de abril de 2012

Tarde.

Por fin creo concienciarme de esta realidad, del paso del tiempo, y de como ha influído en esta parte de mí. Por fin soy consciente sin negaciones infundamentadas de que no solo ha pasado mucho tiempo, sino demasiado como para obviar el hecho de que es irremediablemente una variante en nuestras vidas y que las ha cambiado. Las situaciones nunca vuelven a ser las mismas, las circunstancias aunque similares nunca vuelven a repetirse y a pesar de que nos duela, de que soñemos con retroceder en el pasado, o a veces prefiramos que el tiempo se acelere para ver pasar rápidamente algo que vivimos y nos disgusta, no existen fórmulas mágicas que puedan alterar la realidad que nos incumbe. Yo por ello ya no busco un milagro que lo altere e intento centrar mi atención en otro tipo de cosas en las que mis críticas encuentren un lugar donde ser escuchadas y quizás puedan contribuir a la mejora de algo. Si acaso, incluso me contento con lo que me ha otorgado la experiencia, de no pensar como hace años aún permaneciendo siempre fiel a mi misma, de no recaer ya en todo aquello lo cual veo ahora tan lejano que a penas puedo percibir lo mucho que me influía en aquel presente.
Ha llovido desde entonces, y también esta lloviendo ahora, y también lo ha hecho demasiado. La lluvia lo ha empapado todo, lo ha encharcado y a brotado y ha caído desde las nubes y desde mis ojos sin que pudiera haber hecho nada para evitarlo. Todo después de la lluvia brilla y se transforma sin que exista algún lugar en el mundo donde pueda cobigarme y no sentirla tan presente como si mirase al cielo y nos enfrentásemos.
Desde mi ventana casi todo permanece igual: el mismo lugar, con las mismas personas y una apariencia parecida, más mayor, todo un poco más viejo y a la vez más nuevo, porque si reparas en las hojas de los árboles, los tallos de las flores, cada piedra que cada día veo pisar o el mismo azul del cielo, descubres pequeñas cicatrices en sus rostros, algunas pérdidas y otros nacimientos. Pero permanecen creciendo aunque parezcan marchitarse en algunos momentos duros, todo sigue.

Sería un error para mí volver ahora atrás, un error que no estoy dispuesta a cometer.

sábado, 7 de abril de 2012

He medioabierto mi entrecerrado ojo.

Ha pasado mucho tiempo, de hecho ha pasado demasiado tiempo, bueno, en verdad este sería el comienzo hipotético de un nuevo escrito en una noche inspiradora como esta en la que odiaría que en menos de un par de horas me extragesen de mi caliente y acogedor hogar para salir a esa calle fría, desagradecida y tan llena y a la vez tan vacía de gente. En estos momentos me disponía a filosofar en mi reconocidamente abandonado blog con el que ya no me siento demasiado identificada. Siendo sincera, llevaba todo el dia esperando a que llegase esto y poder sentarme tranquila y cómodamente frente a la pantalla luminosa y este teclado que con sonido rápido y armonioso me agradece la visita. Tampoco pretendo desarrollar aquí y ahora grandes teorías, tan solo hablar un poco de mi misma, cosa aburrida, cosa que esta muy de moda, cosa fea, cosa bella por otra parte, cosa que puede no interesar en exceso a los demás pero cosa, en resumidas cuentas. Me preocupa estar demasiado cansada para desarrollar esas supuestas teorías pero lo que aún más temo es que me alargue demasiado en esta especie de preludio que al final no acabe por superar. No obstante, lo que verdaderamente me inquieta en estos instantes es eso, el cansancio, que no sueño aunque se le parezca, ese sopor constante en el que últimamente me encuentro de forma permanente y que me esmero por justificar. No quiero convertirme en una especie cuyo letargo se alarga desde el invierno extendiéndose a lo largo y ancho de todas las estaciones. Sin embargo lo soy, y lo peor, más aún, es que podría estar mintiendo porque alejando de mí la hipocresía, tampoco es algo que me quite el sueño y me retuerza cada noche entre horribles pesadillas de mediocridad y oscuros porvenires. Si acaso, me consuela el criticar a personas que considero claramente inferiores tomadas desde este sentido de la diferenciación con respecto a las masas e incluso, de vez en cuando, me sorprendo cuando algún amigo me comenta que gracias a mí, o por mi culpa, se halla azorado desde algún tiempo por ciertos comentarios y retorcidos cuestionarios que me divierte hacer a la gente sobre sus verdaderas vocaciones en la vida, qué esperan sacar de los estudios que realizan o se disponen a hacer y largas series de "por qués" para finalizar con cualquier comentario ridículamente alentador que le aleje un ápice de la mente una conclusión que, en resumidas cuentas y en la mayoría de los casos, significa una irremediable infelicidad dentro del vulgo. Tampoco me esmero en pronunciarme en un grito ahogado para que la gente tome conciencia de nuevo de que me cuestiono las cosas y no me identifico lo más mínimo con ese pasotismo, pasividad que tanto caracteriza al pueblo, y que al parecer todos o casi todos habéis olvidado. Sin duda, el caso que más me preocupa es el de mi familia porque sé que en verdad me conocen, sin tapujos, pero ni siquiera en el sentido literal de la palabra, así que es posible que sus crecientes dudas y desdenes y nada malintencionados comentarios a cerca de mi falta de conciencia contribuyan realmente a que esto se haga ya palpable. Me afano como a clavo ardiente a que no. En fin, ¿qué podría hacer llegados a este punto? Con respecto a este artículo me refiero, que la vida es mucho más complicada. Por supuesto ni se me ocurriría comenzar a exponer aquí todas mis debilidades como si de una galeria de los horrores se tratase, desarrollando egoísta todas mis características aportando un sutil matiz que suavizase los defectos, incluso aquellos de los cuales algunos ególatras o simplemente idiotas reconociendo sus carencias se sienten orgullosos. Siendo sincera, no veo un final que pueda resultar terriblemente emocionante, como truncado por el destino con una estrechísima relación con lo sucedido pero sin resultar obvio ni esperable, de esas maneras de finalizar algo a las que siempre intento recurrir, me espero de un ajeno y que adoro, en definitiva. Tan solo me apetece hablar, divagar con mi persona tratándose de este blog desértico allá por donde se mire, y me auguro que desde un punto de vista algo pesimista, de algunas cosas que me suceden, que me hacen sentir pero que cielos santo no se me ocurriria abreviar ahora hasta lo inhumando para poder expresarlas en 140 estúpidos caracteres. No me considero, por ejemplo, una persona muy buena, soy buena, cómo no, pero no de esta bondad de la cual resulta fácil aprovecharse y que se torna en ocasiones en pueril ingenuidad. No obstante, el sentimiento que me inunda en estos momentos es de cierta rabia por tener que mostrarme, verme obligada por las circunstancias o por mi misma, a ser amable de forma desmesurada. Cualquiera que me conozca porque hayamos mantenido en algún momento de nuestras vidas alguna relación con un mínimo de estrechez entre ambos será consciente de que aunque concesiva en algunos casos, no dudo en ser sincera aun en asuntos que afecten negativamente a las personas por mucho afecto que sienta por ellas, pero me descubro con un enfado y una fatiga por encontrarme en diversas ocasiones justificándome sin motivo tan solo por complacer a quien juzgándome no merece ese tipo de atenciones pero a quien se las ofrezco tal vez porque les quiero. No pretendo fijarme el objetivo de ser más desagradable ni directa porque normalmente lo soy en su justa medida y cualquier peso sobrante desequilibraria la balanza con total seguridad pero me gustaría que este mundo se mostrase más considerado, conmigo y entre sí. Más amable. Dios mio yo misma me resulto patética con este tipo de brochetas finales, como sortijas, frases lapidarias cuya realización, cuyo solo planteamiento imposible cual utopía y tan llanas y tan simples e infantiles que causan rubor entre sus oyentes, bien sea porque les resulta divertida la vulgar osadía o por que se consideran claramente superiores a este tipo de razonamientos a estas alturas de su vida. No les puedo criticar por ello, como puedo hacer en efecto con todo o casi todo y de manera aparentemente mordaz pese a aquello que pueda desprestigiarme de algún modo. Sin embargo, y en comparación con la indigente cantidad de tiempo que perdemos y desechamos de manera inevitable, no sería nada irrecomendable el reflexionar sobre el tema. Yo lo seguiré haciendo sobre otros sentimientos que me surgan, sus causas, sus efectos, posibles soluciones al conflicto...qué decir, que me vuelvo a mi reposo anterior del cual parece que he medioabierto mi entrecerrado ojo. cuando despierte esto se convertirá en una revolución, espero hacerlo, lo haré, cómo no, así como reconozco que estar mentalmente lisiada es una mierda.
Se me olvidaba; algún día confesaré porqué ha pasado demasiado tiempo.