Porque todo nacemos únicos y pocos morimos especiales.
Un pasado en blanco y un futuro por dibujar.
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domingo, 29 de mayo de 2011

The writer.

Últimamente se suceden en España y, gracias a nuestro "pionero" pais (aunque tan solo sea por esta vez), también a lo largo y ancho de nuestro mundo una serie de protestas pacificas con el objetivo de que por fin exista una democracia real. Se dice que los jóvenes no tenemos futuro y no he podido evitar pensar en mi caso concreto.
Entre otras cosas, muy relacionadas entre si, me gustaria dedicarme a escribir. Es algo que, modestia a parte, nunca se me ha dado mal y me encanta; es algo que me relaja, me hace sentir bien conmigo misma, realizada, me libera y hace pensar que verdaderamente tengo algo que decir, tal y como reivindican los partidarios del 15M. Sin embargo, tal y como estan las cosas que hasta en las carreras y oficios que teóricamente son mas demandados sus trabajadores engrosan las filas del paro, la esperanza de que algun dia pueda ganarme la vida en esta industria, en la que los puestos de trabajo son un ente difuso, efimero u ocasional, se me antoja cada dia mas inalcanzable.
Ademas, si las épocas venideras se definen como el reflejo de las que vivimos anteriormente, esto quiere decir que el mundo de la literatura no sufrirá grandes cambios, si cabe, un descenso entre los militantes de sus filas fruto del vertiginoso descenso de la demanda, y el éxito de los que se graduen dependerá, una vez más, de su suerte.
Siendo honesta, nunca he sido una persona especialmente desafortunada pero no puedo dejar de preguntarme si será eso suficiente, a parte de un imprescindible talento innato, que en cierto modo podria decirse todos poseemos ya que cada uno de nosotros, o al menos los que nos dedicamos ocasionalmente a ello, tenemos un estilo distinguido y por ello también especial de escribir, crear y redactar, para poder triunfar en lo que me propongo. Y a pesar de que pueda parecer, si no lo llego a conseguir, que mi fracaso habrá sido consecuencia de mis altas espectativas de éxito, es tan solo que considero no existe término medio en este asunto: o te conviertes en una conocida novelista, poetisa o guionista con al menos una obra que el pueblo conozca, o tu nombre será tan solo recordado por tus allegados o muy interesados en los temas que trates, lo que no comporta a penas beneficios tanto en vida como despues de ella.
Lo que realmente me ha llevado a divagar con este tema ha sido la gran popularidad de la que han gozado los libros de la saga Crepúsculo, y aunque lejos de descalificarlos, considero que cada año se publican cientos, miles de libros infinitamente mejores en todos los sentidos cuya repercusión no es desgraciadamente ni comparable y por consiguiente, sus autores, simples anónimos que a duras penas pueden costearse su tiempo de escritura. Es un elemento positivo que gracias a ello la juventud haya adquirido una nueva forma de ver la lectura, que anteriormente estaba recluida tan solo a las siempre poco llamativas lecturas obligatorias pero por alguna razón no me parece algo justo. En mi opinión, tanto sus peliculas como cada uno de sus tomos estan sobrevalorados por la recua de adolescentes deseosas de encontrar a ese hombre perfecto e inalcanzable que, sin embargo, se enamora de la joven asocial y poco segura de si misma de su instituto.
No obstante, cabe felicitar a su autora y desearme humildemente la misma ventura siempre que lo merezca.

lunes, 9 de mayo de 2011

Semana Santa.

Devota del Nazareno desde que era niña, cuando su madre le rogaba que permaneciese en silencio durante toda la procesión de modo que no se oyesen más que los suspiros de los costaleros, los leves chispidos de las velas, poco a poco, consumiéndose dentro de sus adornados farolillos y aquel redoble de tambor acompañado de la nostálgica trompeta, no había olvidado nunca el compromiso que cada año le unía a él.
Sin embargo, con este se cumpliría el cuarto en el que Sofía tendría que observarlo desde el televisor de su casa, sentada en su vieja mecedora de la mano de su hija enferma. Aun siendo de esta manera, rezaba todos los dias a la imagen para que pudiese curarse, consciente de la particularidad de los milagros. Las gentes del pueblo le preguntaban por el estado de su pequeña y, a pesar de sonreír timidamente llena de tristeza, y que el dolor de ésta fuese en ocasiones soportable e, incluso, un hecho con el que se había acostumbrado a vivir, el tiempo no hizo que la joven mejorase.
Abatida por la resignación y tras una larga época de episodios que habían puesto, el frágil hilo de oro de su hija más cerca que nunca de las afiladas tijeras de la muerte, decide llevar a cabo un pequeño sacrifio más con la remota esperanza de que, por fin, se cumpliese su deseo.
Ese 20 de abril salió de su hogar con la cabeza baja y un rosario tembloroso entre sus dedos mientras sus pies caminaron descalzos. Las personas que a su lado pasaban la miraron con extrañeza murmurando sobre las posibles razones por las que había decidido no portar zapatos aquella noche. El suelo estaba frío, sucio y era pedregoso, pero nadie la oyó quejarse cuando caminaba a paso lento bajo el orvallo agotador que podía camuflar las lágrimas que por sus mejillas resbalaban.
Y, aunque tras tanto tiempo suplicando al cielo y tras tantísimas horas infinitas en hospitales en manos de los médicos aquello que ocurrió se le antojaba un sueño, su pequeña comenzó a recobrar fuerzas, a bajar su fiebre y a latir su corazón.
Sabe que no le creerán si ofrece esta explicación, pero sabe también que el Nazareno le ha escuchado y liberado del martirio de su cruz que ahora él carga hacia la capilla.