Porque todo nacemos únicos y pocos morimos especiales.
Un pasado en blanco y un futuro por dibujar.
...

sábado, 23 de junio de 2012

Las causas externas se convierten en propias.

Queda tan poco que no merece la pena investigar, indagar aún más profundo, descubrir, decepcionarse, enfadarse, enfurecerse, pensar, reflexionar y agobiarse, comentar, discutir, gritar, llorar y tal vez encontrarnos con que hemos llegado a nuestro fin. Es irónico como tras dulces sueños vividos despiertos, cada día sin apenas excepciones, te das la vuelta y te topas con pequeños gestos que lo nublan todo, por completo. ¿Cómo tanta luz puede oscurecerse tan rápidamente? Ni siquiera puedo explicar cómo me siento en estos momentos, ni siquiera puedo imaginarme cuando esto acabe. A veces pareces tan mío que me parece que floto, pero son polvos que con un simple soplido del viento se alejan y entonces caigo al suelo. Tampoco podría describir la situación como una mentira, ya no es solo otro parecer, es real pero incluso cuando todo parece transparente entre nosotros siento que nunca has podido ver mi reflejo claro en el agua. Quizás no valore la debilidad que he tenido por ti hace ya largo tiempo. Siempre se buscan nuevas incógnitas, incluso cuando como yo, ahora, solo se quiere navegar apaciblemente hasta un fin inminente. Prometo que no pretendo turbar las nubes sobre nuestras cabezas para que se desencadene una tormenta, pero no puedo evitar sonreír ampliamente cuando alguien decide preguntarme por ti, que la alegría hormigueé por mi cuerpo y se me iluminen los ojos claros. No obstante, siento decir que allí, en lo más alejado de la comisura de mis labios, inexplicablemente dudo si algo se desgasta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario